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Las drogas son sustancias químicas que alteran el funcionamiento del cuerpo y la mente, pudiendo tener efectos tanto estimulantes como depresores en el sistema nervioso central.
La vacunación contra la influenza es esencial para prevenir complicaciones en grupos de riesgo como personas mayores, pacientes con enfermedades crónicas pulmonares, cardiovasculares, metabólicas, disfunción renal crónica, e inmunodeprimidos.
Adultos y niños: 0,5 mL. Para niños menores de 9 años sin vacunación previa, se requiere una segunda dosis de 0,5 mL después de 4 semanas. Administración por vía intramuscular o subcutánea profunda
Refrigerado entre 2° y 8° protegido de la luz. No congelar.
Alergia a componentes, trazas de huevo, formaldehído, bromuro de cetiltrimetilamonio, polisorbato 80, gentamicina; también durante enfermedad febril o infección aguda.
Vacuna contra la Influenza, en su presentación de 0.5 ml, combina Hemaglutinina y Neuroaminidasa, antígenos esenciales del virus influenza, incluyendo cepas específicas. Con indicaciones para la prevención de la influenza, está recomendada según directrices oficiales para adultos y niños desde los 6 meses, beneficiando especialmente a grupos de riesgo. La posología establece dosis estándar de 0.5 ml para adultos y niños mayores de 36 meses, adaptándose a recomendaciones nacionales en edades más tempranas. La administración, ya sea intramuscular o subcutánea profunda, debe seguir protocolos específicos para asegurar su eficacia. La seguridad y eficacia en niños menores de 6 meses no están confirmadas.
Las vacunas son preparaciones biológicas que estimulan el sistema inmunológico para proteger contra enfermedades específicas, al exponer al cuerpo a una forma inactivada o debilitada del agente causante de la enfermedad.
Se utilizan para prevenir enfermedades al entrenar al sistema inmunológico para reconocer y combatir patógenos específicos, lo que reduce la incidencia de enfermedades graves y ayuda a controlar brotes epidémicos.
Las vacunas tienen una larga historia que se remonta a la antigua China, donde se utilizaba la variolización para prevenir la viruela. La primera vacuna moderna fue desarrollada por Edward Jenner en 1796, quien utilizó la vacuna contra la viruela de vaca para proteger contra la viruela humana.
La efectividad de las vacunas puede variar según el tipo de vacuna y la enfermedad a prevenir. Sin embargo, en general, las vacunas son altamente efectivas para prevenir enfermedades graves y reducir la propagación de patógenos, contribuyendo así a la salud pública y al bienestar de la población.
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